Una de las tecnologías que están presentes hoy día, y que poco a poca seguirán expandiéndose son las Smart TV; sí, esas televisiones que tienen acceso a internet, y cuentan con sus propias apps (existen apps comunes entre diversas marcas, pero cada marca, aplica un diseño y acepta unas apps determinadas).
Ayer le llegó a un familiar una Televisión Smart Tv 55″ LED 3D, que se había comprado hace unos días, exactamente el Black Friday, cuyo ahorro fue de 500 €.
Al llegar a casa, estuve durante un largo período de tiempo, observando la calidad de la TV, las opciones que me ofrecía respecto a la competencia, diseño, manejo del mando (un mando muy extraño, plateado, ligero, muy pequeño, con opción de ratón como el de los portátiles, y sin botones numéricos).
Después de «hacerme al mando» y a los comandos de voz, comencé la configuración de toda la parte «Smart» que lleva implantada.
Lo primero en lo que me fijé una vez estaba ya configurada era, que no servía para casi nada si no te creabas una cuenta de la compañía de TV, cosa que es un incordio, ya que es otra cuenta más, con otra nueva ID, nueva contraseña; y que, a pesar de registrarse, las apps que podemos encontrar en su «tienda virtual» no son nada del otro mundo.
Fue justo en ese momento cuando me hice la siguiente pregunta:
¿Realmente merece la pena comprarse una Smart TV, cuando tienes un acceso limitado y poca variedad de apps para descargarse? ¿No es mas recomendable, comprarse un USB Android, o el futuro Chromecast de Google, y tener instalado en un pendrive un S.O. listo para ejecutar en la televisión con la cantidad de apps que estas plataformas ofrecen (sobretodo, Android)?
Yo personalmente, sigo prefiriendo tener un sistema Android en TV, que un sistema «Smart» creado por cualquier fabricante de Televisiones.
Ustedes, los lectores ¿qué opinan?. ¿Prefieren una Smart TV con sus propias opciones, apps, y diseño; o prefieren el uso de internet en la televisión mediante un pendrive con un S.O. ejecutable?